Mi esposo me llevó al masajista para nuestro aniversario de bodas. Mientras el masajista masajeaba mi cuerpo, lo sentí tocar mi coño afeitado. Quería detenerlo, pero me dejé llevar mirando su erección. El masajista acabó quitándome las bragas y metiéndose los dedos en el coño hasta que tuve un orgasmo tembloroso.
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