Desde que era un niño pequeño, siempre quise follarme a un ángel de Navidad. Así que imagina mi sorpresa cuando este ángel navideño rubio y caliente se coló en mi habitación y me rogó que estirara su coño con mi polla. Sin dudarlo, la empujé sobre la cama y golpeé su dulce coño hasta que me rogó que me detuviera.
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